2017-03-10
Las denominadas “chivas rumberas” como se conocen popularmente en nuestro corralito de piedras, existen desde hace muchos años atrás, éstas eran buses típicos y coloridos, los cuales se utilizaban para trasladarse de un pueblo a otro. Hoy en día y con el fin de no perder nuestras tradiciones, en pleno sector amurallado, las chivas se han convertido en una de los toures de rumba más originales de Cartagena.
Mi recorrido inició desde el hotel dónde estaba hospedada en compañía de una amiga que vino desde Alemania, un amigo Argentino y mi compañero de vida, nos recogieron a las 9 de la noche y desde allí partimos a recoger a cada uno de los turistas en la puerta de sus hoteles y una vez finalizada la búsqueda, empieza el recorrido por las principales calles de Bocagrande, Castillogrande, Centro, Manga, Pie de la Popa y Sector Amurallado.
Dentro la “chiva” todo es música, el vallenato es el rey de la noche. Todos bailan. Los pasajeros se animan cada vez más con ayuda del ron local (que nunca falta durante el recorrido), mejor conocido como Tres esquinas. Dentro de ésta también nos encontramos con los músicos, los cuales al compás del tambor, guacharaca, acordeón y maracas le ponen el ritmo a la fiesta. Por supuesto el animador, no puede faltar, cumple un papel importante y genera competencias de baile entre los bancos. Hasta invita a los asistentes a gritar “aburridos”, “corronchos”, entre otros, cuando se pasa al lado de otra “chiva”, realmente esta fue una experiencia que jamás pensé vivir, se sale de lo tradicional y al mismo tiempo que conoces la historia de Cartagena y sus calles, también te diviertes, es decir no hay tiempo para aburrirte.
A determinada hora todas las “chivas” se juntan en las bóvedas. Todos los pasajeros del resto de las chivas llegan al mismo punto . También llegan los grupos de música de cada bus y se turnan para tocar para todos. Podría decirse que es la parte principal del festivo recorrido, donde el baile y la música siguen encendiendo la noche, la cual se hace más atractiva y romántica cuando ves a tu alrededor y te encuentras con la maravillosa vista desde las murrallas de cartagena, dónde la mágia de la noche te envuelve entre la fuerte brisa y los recuerdos de una historia escondida, en el alma de una ciudad que cada día se adueña del alma de sus visitantes y se convierte en parte de ellos, al compartir los secretos que se esconden al ser ésta un baúl de emociones.
En las bóvedas nos quedamos media hora aproximadamente, la idea es subir a las murallas e interactuar con los otros turistas y bailar al son de los músicos. Una vez nos trasladamos nuevamente al punto de encuentro, nos estaban esperando con fritos típicos cartageneros, los cuales nos calleron como anillo al dedo, después de varios cócteles preparados por nosotros mismos dentro del bus.
El paso de la rumba en “chiva” termina en una discoteca. Hay quienes deciden regresar a sus hospedajes y el conductor los lleva sin problema alguno. Los demás se quedan a seguir la rumba. Este no fue mi caso, yo decidí regresar junto con mis amigos al hotel, ya que al día siguiente mi día empezaba desde muy temprano. Este tour me dejó claro lo atractivo e innovador que puede ser para los turistas, es una combinación de música típica del caribe, mezclada con un fabulosos conjunto vallenato, los cuales animan a todos los pasajeros.
Aura Amador López.
Organización Hotelera Dorado Plaza
